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Continuamos entonces con nuestro estudio de la santidad de Dios manteniendo nuestro enfoque en lo que hemos estado viendo en los últimos mensajes sobre el trauma de la santidad de Dios, cuán espantosa es la santidad de Dios producto de nuestra caída.
En nuestra última sesión vimos la respuesta de Simón Pedro al milagro de Jesús al llenar con peces, de manera que Simón Pedro le dijo a Jesús, “Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador”. Así es como en nuestra culpa y pecaminosidad nos sentimos incómodos en la presencia del santo. Buscaremos algún refugio, algún lugar donde ocultarnos, alguna defensa que nos cubra del vistazo descubierto de Dios.
En el Antiguo Testamento, en el libro del Génesis, leemos de un incidente extraño e inusual que tuvo lugar en la vida de Noé. Después que las Escrituras registran la rectitud de Noé, la expresión noble de fe que lo caracterizó a lo largo de su vida y por la cual Dios redimió a Noé y su familia de los estragos del diluvio, nos encontramos con un episodio desagradable en su vida que sucedió un tiempo después.
En el capítulo 9 del Génesis, en el verso 20, leemos esto: “Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña; y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda. Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban fuera. Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre. Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven, y dijo: Maldito sea Canaán; siervo de siervos será a sus hermanos. Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, y sea Canaán su siervo. Engrandezca Dios a Jafet, y habite en las tiendas de Sem, y sea Canaán su siervo”.
Esta historia suena un tanto extraña. Ha sido sujeta a muchas especulaciones por los estudiosos bíblicos. ¿Qué es lo que está pasando? Tenemos esta extraña historia de Noé embriagándose y quedándose dormido en su tienda, sus vestidos se le han caído, hasta el punto en que está acostado desnudo. Está borracho. Y leemos que su hijo entró, su hijo Cam entró en la tienda y vio la desnudez de su padre. Aparentemente salió y fue a decirle a sus otros hermanos acerca de esta posición comprometedora en la que había encontrado a su padre.
Como he dicho, algunos estudiosos leen algo más en el texto. Dicen que el término, “vio la desnudez de su padre” es un eufemismo judío para algún tipo de acto sexual, por lo que sugieren que lo que el hijo había hecho era un asalto sexual innombrable con su padre. Esto podría ser, y podría darse en las pistas del lenguaje, pero no tenemos que llegar hasta algo tan radical como eso para poder ver lo que está pasando en la historia.
En cualquier caso, los hermanos no participaron en el acto de Cam de mirar abierta y escandalosamente el pecado de su Padre. En vez de eso, Sem y Jafet trajeron ropas, distribuyéndolas entre ellos, entraron en la tienda caminando de espaldas para no ver la desnudez de su padre, y lo que me hace pensar que el verdadero pecado fue mirarlo y no estar envuelto en algún tipo de pecado sexual se debe a que estos hombres actuaron con mucho cuidado para no mirar a su padre en ese estado expuesto, avergonzado y humillado.
Esos hijos de Noé tuvieron la gracia de cubrir a su padre. Esto fue un cubrimiento, no un encubrimiento dirigido por el pecado, sino un cubrirlo con gracia. Y así ellos van y toman una manta o sus ropas y caminan de espaldas y cubren la desnudez de su padre. Ahora, cuando Noé se despierta y se da cuenta de su propia tontería y vergüenza, oye lo que Cam ha hecho al crear un espectáculo de su propio padre.
Es entonces que Noé pronuncia una maldición de juicio contra Cam que incluiría sus futuras generaciones, “Maldito será Canaán” el hijo de Cam. Al mismo tiempo, él pronuncia la bendición patriarcal sobre Sem y sobre Jafet. “Bendito por Jehová mi Dios sea Sem… Engrandezca Dios a Jafet…”
¿Qué es todo esto? Una vez hice un estudio del porqué de este texto y del concepto de desnudez en la Escritura. La palabra griega para “desnudez” es la palabra “gumnas” y la encontramos con frecuencia en la literatura de los judíos. Y la idea que está detrás de la respuesta del pueblo judío a la desnudez humana debe ser encontrado en sus raíces en la historia de la Caída en Génesis 3.
Tomemos un momento para mirar este texto juntos. Al final del capítulo 2 del Génesis en el cual recién se ha contado la historia de la creación de Adán y Eva, y la unión de los dos hasta llegar a ser una sola carne, hay un comentario final al terminar el capítulo 2 que parecer estar pendiendo allí sin ninguna importancia particular.
Leemos al final del capítulo 2 las siguientes palabras: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Y luego tenemos ese tipo de afirmación colgante:“Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban”.
Desmond Morris escribió hace algunos años atrás un libro titulado, “El Simio Desnudo”. Allí observó que en el reino animal hay como 80 variedades particulares de primates, diferentes clases de simios, gorilas y chimpancés. Él dijo que en esa amplia clase, el ser humano es asignado como uno de los primates, pero lo que distingue al ser humano del resto de los primates es que el ser humano está desnudo, que no está cubierto de pies a cabeza con un manto de pelaje como se encontraría en un gorila. El ser humano es la única especie que usa vestimenta artificial, no solo entre los primates, sino entre todos los animales.
Uno no encuentra una industria del vestido entre las hormigas, los pelícanos o los caballos. Algunas veces veremos vestiduras sobre animales, en caballos, perros, mulas, pero ¿de dónde vienen esas vestiduras? Vienen de nosotros. Les hacemos pequeños suéteres, ropas pequeñas para las mascotas, o le ponemos sombreros a las mulas; pero por naturaleza los animales no usan ropas. Ellos pertenecen a una colonia natural nudista universal.
Pero de todas las especies en el mundo, solo una camina por allí vestida con camisas, vestidos, pantalones y zapatos. Y decimos bien que la razón por la que nosotros hacemos esto debido a que nuestra inteligencia avanzada tenemos una ventaja para estar abrigados del frío y así sucesivamente.
Pero protegernos a nosotros mismos de los elementos no es la única razón por la que usamos ropas. Una razón para hacerlo es por una razón estética, por la belleza, como adorno. Tratamos de mejorar nuestra apariencia natural al usar vestimentas hermosas. Pero quizás la más profunda motivación para vestir ropas humanas es para cubrir nuestra desnudez.
Y hay algo que es profundamente no natural en todo esto. Al ver en Génesis que cuando Dios creó al hombre y Dios creó a la mujer y los juntó para que llegarán a ser una sola carne, leemos que ellos estaban desnudos. Y no solo estuvieron ellos desnudos al ser creados, sino que no estaban avergonzados de su desnudez. Ellos estaban cómodos al estar desnudos.
¿Qué pasó? Bueno, si vemos el capítulo 3, leemos el relato bíblico de la Caída. En el verso 6 del capítulo 3, leemos: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí una voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?”
Y luego, por supuesto, todas las respuestas, que la mujer me hizo comer y me metió en esto, y que la serpiente nos engañó y todas las excusas fueron dadas. Pero, ¿puedes ver en este encuentro, en este episodio el enfoque dramático en el cambio de la condición, actitud humana y la sicología con respecto a la desnudez?
La primera experiencia emocional y sicológica que la humanidad tuvo con el primer pecado los llevó a tomar conciencia de la desnudez. Fue una experiencia de vergüenza, una experiencia de culpa. La culpa provoca vergüenza y humillación. Y no hay nada que protejamos más cuidadosamente que nuestras reputaciones, porque hay un sentimiento verdadero y real, amados, en el cual no queremos que la gente conozca lo que realmente somos en secreto.
Todos tenemos puertas en nuestras casas y cortinas en las ventanas, Sí, estamos viviendo una era donde hay mayor obsesión con la desnudez que quizás ninguna otra generación en la historia de Estados Unidos. La pornografía está por todas partes, pudiendo ser vista en cada rincón del mundo virtual, hay páginas que son gratuitas y otras que se pagan para ver exclusivamente gente desnuda.
Los estilos de vestimentas son cada vez más reveladores, y en casi cada ciudad encontramos locales que presentan espectáculos con gente desnuda realizando diferentes actos. Tenemos aún un fenómeno que ya tiene muchos años, de gente que corren desnudos por las calles o en medio de un juego deportivo.
Algunos dicen que lo hacen para manifestarse a favor de una causa o en contra de algo que poco tiene que ver con una desnudez. Ellos arriesgan a la humillación pública al salir desnudos por las calles. Es su forma, dicen, de manifestar su opinión. Todavía tenemos esa sensibilidad a ser visto desnudo. Y todavía tenemos esa sensación de estar desnudos y avergonzarnos. Y todavía anhelamos un lugar donde podamos estar desnudos y sin estar avergonzados una vez más.
Y el Señor ha provisto un lugar—el matrimonio, donde dos personas pueden conocerse uno al otros tan íntimamente, sin adornos y sin limitaciones hasta donde sea humanamente posible. Hay una razón por la que Dios requiere un juramento solemne y votos delante de otras personas al entrar en una relación, porque quiero saber que si voy a estar desnudo, totalmente desnudo, no solo físicamente, sino también emocional y espiritualmente, intelectualmente desnudo delante de otra persona, no voy a ser masacrado en el proceso.
Todos desean que seamos abiertos, y la razón por la que son cerrados es porque ellos tratan de ser abiertos, y cuando revelan sus pecados más profundos, son aplastados y por eso debemos aprender a ser muy, muy cuidadosos acerca de nuestra desnudez, la desnudez espiritual, la desnudez intelectual, la desnudez ética y física.
Si observas a lo largo de tu Biblia, por todo lugar en la Escritura, la experiencia de desnudez está relacionada con la humillación. Cuando los ejércitos en el Antiguo Testamento capturaban soldados del ejército enemigo, a ellos se les exponía en cautividad y los llevarían desnudos, porque un prisionero desnudo es un prisionero dócil. Una vez que se le han quitado sus ropas, se le ha quitado su dignidad y es reducido a un sentimiento de impotencia.
Era la práctica de los romanos el crucificar desnudas a las personas. Y es muy probable que Jesús haya sido crucificado desnudo. Él fue hecho un espectáculo público delante de los ojos de aquellos que lo tenían como motivo de burla. Era un castigo en la antigüedad despojar a las personas de sus vestimentas. Ninguno de nosotros quiere caminar por las calles desnudo. Ninguno de nosotros desea que, todo lo que alguna vez hayamos dicho o hecho, sea expuesto al mundo entero.
Lo que queremos cubrir más que cualquier otra cosa es nuestra culpa. Y la primera experiencia de la humanidad con el pecado fue huir cuando Dios estuvo cerca. Y Adán y Eva huyeron al bosque para cubrirse a sí mismo de su desnudez. Lo que ellos estaban cubriendo o tratando de cubrir no eran sus cuerpos, sino su culpa. Y cuando Dios vino y les preguntó, ¿por qué se están ocultando? Adán le dijo que era porque estaban desnudos. ¿Cómo sabes que estás desnudo? Tú estuviste desnudo ayer, y no huiste. ¿Comiste del fruto del árbol? Sí.
Ahora, esto es crucial porque quisiera que veamos lo que Dios hizo. Dios maldijo a Adán y maldijo a Eva, maldijo a la serpiente. Maldijo la tierra. Dios maldijo al mundo que había caído en pecado. Dios no iba a negociar su santidad por Adán, por Eva, por la serpiente o por nadie más. Pero en medio de todo esto, ¿Qué más hizo Él? Hizo túnicas para sus criaturas avergonzadas, atemorizadas, humilladas, pecadoras y caídas. Y Él cubrió su desnudez.
La gran tragedia hoy en día, amados, es que la gente sigue corriendo y sigue ocultándose de la santidad de Dios por temor a que sean encontrados desnudos delante de Dios. Lo que se han perdido es que todo lo que la Biblia trata, que todo el simbolismo de la Biblia cuando describe la obra de Jesús para nuestro bien es que Jesús provee una cubierta a nuestra desnudez. Tú y yo sabemos que toda nuestra rectitud es como trapos de inmundicia delante de Dios, y que nunca podré soportar la mirada de un Dios santo. Y tú tampoco podrás. Necesito estar cubierto, necesito vestirme.
Y la misma esencia del evangelio, la cual hace a Jesús amigo de los pecadores es que Jesús ha conseguido la perfecta santidad y rectitud, la cual Él ha tejido en una túnica que Él ofrece para darte y para cubrirte en la presencia de Dios con su justicia. Entonces, una vez que estamos cubiertos por la justicia de Cristo, podemos estar desnudos una vez más en la presencia de Dios y no estar avergonzados. Podemos dejar de huir, dejar de ocultarnos, porque hemos sido adornados con la vestidura de la perfecta justicia si ponemos nuestra confianza en Él.
CORAM DEO
Al considerar el pensamiento Coram Deo de hoy, quisiera recordar el significado del término Coram Deo. Este significa “delante del rostro de Dios”. Significa “delante de la presencia de Dios”.
Y lo que hemos aprendido hoy es que no hay lugar en el que una persona desnuda esté más incómoda que en Coram Deo, en la presencia de Dios, delante del rostro de Dios.
Y lo que quisiera que entienda hoy es que así como los hijos de Noé hicieron todo lo posible para proveerle una cubierta a la desnudez de su padre, ellos no inventaron excusas para la desnudez de su padre, su padre había pecado, su padre había violado la ley de Dios, pero los hijos no estuvieron interesados en condenar a su padre.
Ellos estaban interesados en su redención. Y así, humanamente, ellos proveyeron una cubierta para el padre que amaban.
Y al hacerlo, ellos estaban simplemente repitiendo lo que Dios mismo había hecho por sus criaturas caídas en el Jardín del Edén cuando Dios se compadeció e hizo túnicas para sus criaturas desnudas.
Y lo que ha hecho en la cruz de Jesucristo, cuya sangre cubre el propiciatorio, cuya sangre cubre nuestros pecados, cuya sangre cubre nuestra culpa, y cuya justicia cubre nuestra desnudez, con el fin de que podamos estar cómodos en la presencia de Dios.