El origen y la presencia de la falsa enseñanza | 2da parte
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Nota del editor: Esta es la tercera y última parte del articulo “El origen y la presencia de la falsa enseñanza“, que es la introducción a la serie “Falsos maestros“, publicada por la Tabletalk Magazine.
En esta oportunidad veremos cómo la falsa enseñanza echa raíces y qué podemos hacer para estar listos a combatirla.
Cómo la falsa enseñanza echa raíces
Hemos visto algunas de las maneras en que surge la falsa enseñanza en la iglesia. ¿Cómo es, entonces, que se arraiga y permanece, a pesar de ser contraria a la verdad de la Palabra de Dios y la misión de la iglesia? Si podemos ver cómo la falsa enseñanza se propaga y se hace aceptable, estaremos mejor preparados para enfrentarla. Hay una variedad de factores involucrados aquí, pero, por brevedad, veamos tres: uno educativo, uno institucional y uno relacionado con el liderazgo.
Uno de los contribuyentes más comunes a la difusión de la falsa enseñanza en la iglesia es la falta general de conocimiento y discernimiento bíblico entre la gente. Puede parecer contradictorio decir que los estudiantes deberían ser capaces de corregir a los maestros cuando traen falsedad a la iglesia, pero eso es exactamente lo que la Biblia nos enseña. Cuando Pablo estaba en Berea, su enseñanza no fue simplemente aceptada por su propia autoridad, sino que sus oyentes la examinaron diariamente mediante las Escrituras para ver si era verdadera (Hch 17:11). Por esto, fueron elogiados por Lucas como “más nobles”. Todos los creyentes deben leer las Escrituras por sí mismos y comparar lo que se les enseña con las Escrituras. Esto no requiere un escepticismo radical, pero sí significa que los creyentes no deben confiar ciegamente en palabra de hombres. Deben confiar solo en las Escrituras de esa manera. Surge un problema cuando los creyentes no tienen la voluntad o la capacidad de estudiar las Escrituras por sí mismos. Esto conduce a una dependencia de la autoridad humana y permite que la falsa enseñanza se arraigue y se extienda. El objetivo educativo de la iglesia no debe ser simplemente transmitir el conocimiento de la Biblia, sino también transmitir el amor por la Biblia y el deseo de estudiarla.
La falsa enseñanza es un peligro para la iglesia de Jesucristo, y puede surgir de diferentes partes y florecer si no se confronta.
Un segundo contribuyente a la difusión de la falsa enseñanza es institucional: el hecho de no responsabilizar a las personas por su falsa enseñanza. A menudo se ha enseñado que hay tres marcas de una iglesia verdadera: la predicación fiel de la Palabra, la administración correcta de los sacramentos y el ejercicio de la disciplina. La tercera marca existe para asegurarse de que las primeras dos sean sostenidas. Cuando la iglesia se hace de la vista gorda a la falsa enseñanza porque sus proponentes son populares o tienen “ministerios exitosos” (más personas o más dinero), o simplemente para evitar conflictos, la iglesia entonces permite que esta falsa enseñanza se extienda y sea la fuente de mayor división y conflicto. La disciplina de la iglesia existe para defender la gloria de Cristo y Su verdad y para proteger al pueblo de Dios del error y sus consecuencias.
Hay un tercer contribuyente al avance de la falsa enseñanza en la iglesia, y está relacionado con el liderazgo. Incluso cuando el pueblo de Dios está ansioso por estudiar Su Palabra y la iglesia está preparada para ejercer disciplina, la falsa enseñanza puede florecer cuando el liderazgo de la iglesia está mal preparado y mal entrenado. Mientras más sacrifiquemos los estándares de entrenamiento ministerial a pastores y ancianos, menos preparados estarán para reconocer la falsa enseñanza. Los pastores y ancianos que no están entrenados en teología histórica no se darán cuenta cuando falsas enseñanzas de la antigüedad se presenten con ropa moderna. Aquellos que no han sido entrenados bien en la Biblia, sus idiomas y los principios de su correcta interpretación, pueden ser presa fácil de nuevas enseñanzas que parecieran explicar problemas o contradicciones. Para combatir la falsa enseñanza, la iglesia necesita pastores, ancianos y maestros que estén dispuestos y sean capaces de confrontar la falsedad (Tito 2: 8, 1 Pe 2:15).
Qué podemos hacer con la falsa enseñanza
La falsa enseñanza es un peligro para la iglesia de Jesucristo, y puede surgir de diferentes partes y florecer si no se confronta. ¿De qué manera el conocer el origen y la presencia de la falsa enseñanza nos ayuda a combatirla? Dicho brevemente, tal conocimiento nos impide ser complacientes con la falsa enseñanza y el peligro que esta presenta. Saber de dónde proviene la falsa enseñanza nos mantiene alerta. Y quizás lo más importante, si somos conscientes de la realidad de la falsa enseñanza, nos veremos obligados a estudiar nuestras Biblias cada vez más, y a estar preparados para defender la verdad que el Señor nos ha dado y que graba en nuestros corazones por la obra del Espíritu Santo.
Este articulo fue publicado originalmente en la Tabletalk Magazine.